Voluntariado en India con Cooperatour: Impactante Historia de Javier Díez Terrón.

Voluntariado en India con Cooperatour: Impactante Historia de Javier Díez Terrón.

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La Transformadora Experiencia de Javier Díez Terrón en el voluntariado en India.

Javier Díez Terrón. Madrid. Economista. Voluntariado en India  en una escuela en Pondicherry.

No es fácil resumir en un Diario de Viajes –necesariamente breve- mi experiencia de voluntariado en la India. Han sido tantos, y tan intensos, los momentos vividos que no sé muy bien por dónde empezar. En mi opinión, no hay recetas mágicas, ni infalibles, para enfrentarse por vez primera a una realidad como la India, tan diferente a cualquier otra; no sólo a la nuestra, sino, por ejemplo, también a la Latinoamericana. En la India todo es sorprendente, inabarcable, impactante… y, por qué no decirlo, a veces contradictorio. En muchas ocasiones tienes la sensación de ser como ese boxeador aturdido, que está a punto de ser noqueado, y que no sabe muy bien de dónde le viene la lluvia de golpes de su adversario. La India es un bombardeo continuo de estímulos.

foto javier diezMuchos de esos estímulos han quedado grabados en mi memoria para siempre, en forma de imágenes: el tráfico (terrible, ensordecedor  y sin normas), las vacas campando a sus anchas de aquí para allá, esos cuervos negros siempre acechantes ante cualquier posibilidad de comida (¡cómo me recordaban la película de Hitchcock “Los pájaros”!), la forma de utilizar sólo la mano derecha para comer (y mi continua letanía not spicy, please), el Bazar y las vendedoras de pescado (acompañado siempre de una legión de moscas, contumaces hasta la desesperación), y sobre todo, el manto de basura y desperdicios que, muchas veces, le hace a uno creer que está viviendo un escenario irreal.

El proyecto de voluntariado en india no es ajeno a esta realidad. Sin embargo, es un colegio  con normas y disciplina (diría que es un pequeño oasis, en forma de excepción, del entorno exterior). Una escuela en la que casi 400 niños sin recursos asisten a clase de lunes a viernes y disfrutan de unas instalaciones adecuadas para el deporte y el ocio. Los niños que asisten reciben una educación homologada, pero por circunstancias familiares y económicas no pueden acudir a las escuelas públicas estatales. Son niños de familias en dificultades.

La directora, Mrs. Samani, es una persona seria, rigurosa y educada. Tanto de su parte, como de los profesores de la escuela, recibí nada más llegar el apoyo necesario (incluido mi plan de clases semanal), lo que hizo mi trabajo más agradable y, sobre todo, que fuera de utilidad para los niños. Sin duda, lo consiguieron. Los niños son muy cariñosos, receptivos y entusiastas. Conectas con ellos rápidamente.

Como parte del proyecto, no puedo dejar de mencionar a Kerin (ccordinadora de voluntarios en La India) y Senthil. Su amabilidad, paciencia y apoyo en todo momento nos han ayudado, a todos los voluntarios, a sobrellevar mejor la vida en Pondicherry y en los diferentes proyectos. Personalmente, les estaré eternamente agradecido.

Hoy, algún tiempo después de haber regresado de la India y estar ya inmerso en mi rutina diaria, estoy convencido de que es imposible ser refractario a este gigantesco país (te conviertes, casi sin quererlo, en el hijo adoptivo de Bob Esponja). Es una realidad que te atrapa nada más aterrizar allí. La India desborda cualquier expectativa.

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